ARTÍCULOS
AMICO

Bienvenidos a esta sección especial en
donde encontrarán numerosos artículos de formación espiritual muy
provechosos para el caminar espiritual. Los mismos pueden bajarse haciendo click sobre ellos. De manera fácil y gratuita
encontrará artículos que sin duda le resultarán de mucho interés. Si desean
hacer consultas sobre los mismos o enviar sugerencias para agregar otros
nuevos, no duden en contactarse.
Artículo “El Buen Samaritano”
Artículo: “La Pasión del Señor”
REFLEXIÓN:
Encontrar la Palabra de Dios en las Sagradas Escrituras
Hay un libro maravilloso y mundialmente
conocido que recibe diversos nombres. Cuando vamos a comprarlo a una librería
o lo queremos catalogar en una biblioteca lo llamamos Biblia; cuando lo recibimos y leemos como personas de fe
decimos que se trata de las Sagradas
Escrituras; cuando lo proclamamos en una asamblea litúrgica lo aclamamos
diciendo que “es Palabra de Dios”. Se trata del mismo texto; pero los modos
de valorarlo y abordarlo (interpretación/exégesis/hermenéutica) hacen que
tenga para sus eventuales lectores un nombre, una estimación y un alcance
distintos.
Podemos acercarnos a él con o sin fe. Si
lo hacemos sin fe podremos hasta llegar a hacer una buena lectura
histórico-crítica de sus páginas y señalar elementos que permitan conocer
la prehistoria de los textos favoreciendo su comprensión (¿Qué dice el
texto? ¿Quiénes pueden haber sido sus autores materiales? ¿A quién estaría
dirigido originalmente?). Si lo hacemos con fe –considerando al libro las Sagradas Escrituras de nuestra
comunidad religiosa– podemos recibir sus palabras como dirigidas a cada uno
en particular o a todos nosotros (la Iglesia) en conjunto. Pero el que una
persona lea ese libro con fe no significa que la Palabra de Dios llegue a su mente y a su corazón.
Pongo un ejemplo que resumiría estas
tres formas diversas de acercarse a este libro. Leemos al comienzo mismo
del libro que “Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios,
los creó varón y mujer” (Gn 1,27).
1) Alguien que lee la Biblia,
independientemente de su fe, puede decir que en hebreo varón y mujer se
dicen ish
e isha
(lo cual muestra un aspecto de semejanza entre las palabras que
designan ambas realidades que otros
idiomas no poseen) y que el relato no procede de Moisés (como se creía
hasta el siglo XVIII) sino que su autor podría ser un sacerdote del siglo V
antes de Cristo. El versículo realza el lugar de la pareja humana en el
contexto del universo presentado como creación ordenada que finaliza con el
shabat,
cuya observancia servirá para identificarse como pueblo, imitando al
Creador.
2) Alguien con fe (judío o cristiano,
incluso musulmán) lee el mismo texto y (supongamos que hace una
interpretación “esencialista”) puede decir: “Está clarísimo; Dios es el
Creador del género humano que está compuesto solamente por varones y
mujeres; todo lo demás (desde el hermafroditismo biológico hasta las
actuales distinciones de género) no viene de Dios”. Se queda con una
lectura “literal” y hace una interpretación que seguramente a él o a ella
lo deja bien parado ante Dios y –sobre todo– ante el resto de su comunidad
o de la humanidad, sin afectarlo para nada.
3) Otra persona de fe podría ver en esta
cita una clara profesión acerca de la bondad de Dios y de la igualdad de
todos los seres humanos ante Él, sean del género, la etnia o la cultura que
sean (cosa que no siempre fue aceptada por los que consideran la Biblia sus
Sagradas Escrituras) y un llamado al respeto y a la inclusión que se
convertiría para muchos otros (que están o se sienten marginados o
estigmatizados a causa de su origen, historia, orientación u opción) en una
buena noticia salvadora.
Quien piensa que la Biblia ES la Palabra de Dios cae con
frecuencia en fundamentalismos y en lecturas anacrónicas y
descontextualizadas; y suele sostener una idea de la inerrancia bíblica que lo
excluye de toda posibilidad de diálogo con las ciencias y culturas de la
actualidad.
Quien cree que la Biblia CONTIENE la Palabra de Dios tiene
el difícil trabajo de separar la paja del trigo identificando qué es lo que
viene de Dios y qué lo que es puramente humano. Algo de esto es lo que hace
el Jesus Seminar
tratando de identificar las palabras inobjetables de Jesús del resto.
Quien afirma que la Biblia TESTIMONIA la Palabra de Dios
entiende que la Palabra plena y definitiva es sólo Jesucristo y que lo que
se narra sobre Israel o la Iglesia naciente da cuenta de una historia
percibida como salvación en donde Dios se manifiesta hablando como amigo y
saliendo continuamente al encuentro de los humanos. Las palabras de la
Biblia son testimonio de testigos que narran desde su fe/experiencia y no
relatos “objetivos” de acontecimientos acaecidos en otro tiempo.
El 12 de abril de 2013, el Papa
Francisco recibió por primera vez a los miembros de la Pontificia Comisión
Bíblica y les recordó que “la Palabra de Dios es alma de la teología y, a
la vez, inspiradora de toda existencia humana” y precisó que “las Sagradas
Escrituras son el testimonio escrito de la Palabra divina, el memorial
canónico que atestigua el acontecimiento de la Revelación. La Palabra de
Dios, por lo tanto, precede y excede a la Biblia”.
Según el testimonio de los evangelios,
en tiempos de Jesús había muchas personas que leían la Biblia (aunque no
tuvieran la suerte de tenerla compilada en un solo volumen, como la tenemos
hoy nosotros) y trataban con sinceridad de acomodar sus vidas a las enseñanzas
que encontraban en ella; pero muchas veces se concentraban en cumplir la
letra hasta de las normas menores –como el pago del diezmo de las plantas
aromáticas del jardín–, descuidando lo fundamental: la justicia, la
misericordia y la fidelidad. Filtraban el mosquito y se tragaban un camello
(cf Mt 23,23-24). Hoy podría repetirse la
historia: “no todo el que dice: ‘Señor, Señor’, entra en el Reino de los
Cielos” (Mt 7,21); ni todo el que lee la Biblia –aunque la considere
Sagradas Escrituras– descubre en ella la Palabra del Dios que se reveló
plenamente en Jesucristo.
Agustín de Hipona
decía que “al orar hay libertad de usar otras palabras [que las del Padre
nuestro], pero para decir lo mismo; no hay libertad para decir otras cosas”. Lo mismo
podríamos decir de nuestra búsqueda de la Palabra de Dios testimoniada por
las Escrituras; podemos interpretar la Biblia de diversas formas –echando mano
de herramientas que no existían en el tiempo de su composición– pero
procurando ser fieles a la voluntad salvífica inclusiva de Dios que se fue
revelando paulatinamente a través de los textos sagrados, porque “Él quiere
que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (1 Tim 2,4) y
tiene paciencia con los seres humanos “porque no quiere que nadie perezca,
sino que todos se conviertan” (2 Ped 3,9).
Para coronar lo dicho y sintetizar
definitivamente la Palabra de Dios testimoniada de forma asombrosa en
nuestras Escrituras Sagradas nada mejor que el logion de la misma Palabra de
Dios hecha carne en el vientre de María de Nazaret: “Todo lo que deseen que
los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto se resumen las
Sagradas Escrituras” (Mt 7,12).
Lic. Gerardo García Helder
gerardo@amico.org.ar

|
Últimas Novedades de AMICO... ▼
|




|

|

|

|

|

|

|
ATENCIÓN NOVEDAD!!! VÍA CRUCIS
La Editorial AMICO (Asociación para
la Misericordia y la Comprensión) ha publicado un nuevo libro dedicado a
la práctica del “Vía Crucis”. Este subsidio ha sido realizado teniendo en
cuenta las disposiciones del DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA
LITURGIA presentado en el año 2002 por la CONGREGACIÓN PARA EL
CULTO DIVINO Y LA DISCIPLINA DE LOS SACRAMENTOS. Las imágenes que lo
ilustran son reproducciones de los cuadros al óleo pintados por Francesco
Domeneghini (1860-1950) que se veneran en la
Iglesia Catedral de Buenos Aires. La selección de textos bíblicos y
oraciones estuvo a cargo de Gerardo García Helder.
El libro cuenta con el Nihil obstat del Pbro. Alejandro Gerardo Russo, Rector de la Iglesia Catedral Primada, y con
el Imprimatur de Mons. Joaquín Mariano Sucunza, Obispo Auxiliar y Vicario General del
Arzobispado de Buenos Aires.
Para
mayores datos se puede escribir a: editorial@amico.org.ar
|
|

|
|
|
|
|
|
|